
Début
A principios del mes de marzo pasado, caí en el hospital. Mi hermano me tomó en mi casa y me llevó a la sala de urgencias, ahí me recibieron con una silla de ruedas que francamente sí necesité. Los médicos, luego de evaluarme y estudiarme por un par de horas, manifestaron gran preocupación al leer uno de los resultados obtenidos de mi sangre: glucosa de 1,265 mg/dl. Decidieron colocarme en terapia intensiva donde pasé dos noches.